bienvenidos al mundo de unode50, una firma patria con una historia donde se une artesanía, creatividad y pasión para dar lugar a joyas con personalidad
Seguro que si piensas en UNOde50 te vienen a la mente sus originales diseños. Junto a la artesanía, es el ADN de una marca de joyas que también esconde una historia de superación: la de no rendirse a pesar de las adversidades. Aunque a José Azulay le dijeron que no se adentrase en el mundo de la relojería, el apostó por su sueño, su pasión, para llegar hasta lo que es hoy: el director creativo de una de las firmas más reconocidas del mundo, de joyas que apasionan, que hacen que las personas que las portan se sientan diferentes. Pero, como todo tiene un inicio, comencemos por él para hacer un recorrido por su universo creativo y artesanal.
Hablar de los comienzos de UNOde50 supone contar la historia de José Azulay. "El Noi", la tienda de su padre de Melilla, fue el punto de partida de su pasión por la relojería, pues ahí jugaba a cambiar la estética de relojes antiguos. Fruto de ese aprendizaje, supo que quería dedicarse a esta profesión. Y tras obviar los consejos de aquellos que le dijeron que no iba a triunfar en un mundo tan competitivo, fue a Madrid y después a Hong Kong a probar suerte. Hasta que UNOde50 llamó a su puerta, y sus ideas creativas fueron tan fuertes que se hizo con la marca a finales de los 90. El resto ya es historia.
A pesar de que sus reconocidos diseños son esenciales, el principal motivo por el que ha triunfado es también su procedencia artesanal. El taller de UNOde50 -ubicado en Madrid-, es el lugar donde se da vida a la creatividad de José Azulay y su equipo de diseño. Juntos realizan un brainstorming para aportar ideas y crear piezas únicas. Tras bocetar las joyas en papel, el departamento de modelaje entra en acción. Aquí se modela la pieza original, primera y única creada en metal y pulida a mano, de la cual se reproducen todas las demás. Por último, el equipo de montadores se encarga de colocar el cuero, las piedras o el resto de elementos que forman las joyas, y hacen un control de calidad exhaustivo. Conociendo todo este trabajo manual, no es de extrañar la expansión que ha tenido la firma dentro y fuera de nuestras fronteras. Aunque es muy importante subrayar el hecho de que, a pesar de ello, todas las joyas siguen siendo Made in Spain.
"La realización es manual, por lo que no hay dos joyas que sean iguales. Quería hacer un poco semejanza con lo humano, pues ocurre lo mismo: no hay dos personas iguales, cada una es única"
Tras estos más de 20 años de historia y de su constante evolución, su esencia sigue vigente gracias a iconos como su característico candado, que representa la protección de sus joyas; el rojo, que es el color de la marca porque es también el de la vida, de la gente que tiene pasión; y a otros elementos como el corazón, la libélula o la aguja y el botón. Aunque lo cierto es que todas las joyas de UNOde50 van más allá: son diseños atrevidos y originales que aportan personalidad a quien los lleva, que pueden ser románticos -con piedras o perlas- o rebeldes -con esos apliques de cuero tan característicos-. Pero son, ante todo, joyas que apasionan a personas de cualquier género, edad y procedencia.
La marca cuenta con piezas insignia, joyas que transmiten su ADN y son muy reconocidas por el público. Ejemplo de ello son el anillo "Ya ves", en forma de llave, o el collar "Me gustas", que combina cuero y metal en forma de plumas.
Son más de 70 los países los que UNOde50 ha conquistado, convirtiéndose en una marca global con hasta 130 tiendas, entre las que se encuentran dos impresionantes galerías de arte ubicadas en Nueva York y Madrid -en la imagen-. "Echando la vista atrás, me dicen de joven que iba a pasar esto y no me lo creo. Pero los que me conocen saben que predico mucho el presente, que no me gusta echar la vista atrás. Donde me lleve la vida, ahí iré. Hoy es el día más importante de mi vida", sentencia Jose Azulay.